Y es que Amelio Cruz, de 44 años, salió de su casa de Carrizal como todos los días. Se echó el balde y la caña al hombre y enfiló hacia los riscos del Sureste. Allí, en el acantilado más alto de El Cabrón tiró los primeros lances, hasta que pasadas las 16.00 horas atisbó un pez "enorme" que a su vez era "perseguido" por otros "peces azules" de gran tamaño.
Amelio, que estaba a unos cinco metros de distancia, se puso manos a la obra tras percatarse de que el ejemplar estaba herido, pues le faltaba un trozo de carne cerca de la aleta. Así que lanzó la currica, una especie de señuelo de plástico que el pez mordió varias veces, hasta que finalmente quedó enganchado y pudo traerlo a la costa con la ayuda de otro pescador.
Amelio Cruz asegura que recorrió unos 200 metros por el risco con el pez enganchado al cebo, pero no estuvo en peligro porque el animal estaba moribundo y apenas opuso resistencia en forma de coletazos. Luego, al quedar varado en las rocas, se acercaron otros pescadores, curiosos y familiares. Todos querían sacarse la foto.
También se presentaron la Guardia Civil, la Policía Local y algunos ecologistas. El ejemplar estaba aún vivo, pero respiraba con dificultad y apenas abría y cerraba los ojos. Las autoridades levantaron acta de lo ocurrido y permitieron a Amelio llevarse el pescado a su casa, que acabó en el frigorífico de sus conocidos troceado en 14 pedazos. Hicieron falta varios cuchillos de cocina de grandes dimensiones.
Sin embargo, la carne del pez luna, de tipo gelatinoso, parece que no es comestible. "Lo tenemos congelado, pero no sé qué hacer con él porque me han dicho que no se puede comer", aseguraba ayer Amelio Cruz. Es la primera vez que este empleado en una empresa de limpieza se tropieza con una captura de este tipo. Antes, el podio lo ocupaba un pejerrey de 13 kilos.
Qué necesidad de acabar con la vida de ese animalito. Y los ecologistas y la Guardia Civil ni mu??
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